Las cuatro dimensiones de la salud
3 nov
En mi practica de salud he confirmado una y otra vez que la salud del ser humano está en gran medida guiada por el equilibrio entre cuadro dimensiones de nuestra existencia: social, mental, emocional y físico.
Los conflictos que no se solucionan o se postergan pueden enfermarnos porque desencadenan emociones, acciones y hechos que pueden afectarnos en cualquiera de los cuatro dominios de su salud.
Veamos algunos ejemplos de fenómenos no físicos que pueden impactar nuestra salud y que muchas veces no relacionamos con nuestro estado de salud actual:
Dimensión emocional:
Una pérdida, una separación, un fracaso, sentimientos de culpa, de rencor, incluso los miedos y desamor.
Dimensión mental:
La incertidumbre, la preocupación excesiva, el desgaste producto de concentración en exceso sobre un tema pueden afectar funciones mentales como la memoria, la concentración, la claridad de ideas y la expresión.
Dimensión social:
El paro, las crisis económicas, las guerras pueden afectar seriamente la salud. Esto se agravan por el desconocimiento amplio de nuestra real naturaleza, de nuestro potencial, del no observar la totalidad de las posibilidades y auto limitarnos, la ignorancia concebida sobre la esencia del uno.
Es por esto que aprender a tener respuestas más eficaces ante los conflictos de la vida cotidiana pueden hacernos más agradable la vida y las relaciones. Muchas veces olvidamos que es posible elegir una respuesta diferente a aquella que espontáneamente nos nace. Tenemos el poder de adquirir habilidades que nos faciliten el hecho de generar emociones, acciones y resultados más apropiados a nuestro propio proceso evolutivo y a nuestros intereses.
Cuanto más consientes seamos de la relación entre estas dimensiones seremos más exitosos en nuestro afán de recuperar y mantener nuestra salud. En otras palabras, la enfermedad es la pérdida de ese equilibrio.
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