Nutrición Infantil
3 feb
En mi práctica he llegado a la conclusión que usualmente poco o casi nada conocemos sobre el tema. De hecho, los conceptos practicados en la actualidad en materia de nutrición infantil han sido heredados generacionalmente. Por lo mismo platicar sobre la forma en que deben ser alimentados los infantes se convierte en tema peliagudo en la misma medida que constituye un campo muy extenso.
Nos esforzaremos por establecer una reseña del tema, procurando el diálogo y debate. Y es que resulta incuestionable la importancia y el rol desempeñado que se requiere en los tiempos modernos sobre el tema.
Tiene sentido expresar, que nuestros niños desde su etapa más temprana, están siendo mal alimentados naturalmente, en comparación a las generaciones anteriores. Alarmantes estadísticas de los bajos índices de lactancia materna así lo confirman:
A nivel mundial, menos del 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva. Si se empezase a amamantar a cada niño en la primera hora tras su nacimiento, dándole solo leche materna durante los primeros seis meses de vida y siguiendo dándole el pecho hasta los dos años, cada año se salvarían unas 220 000 vidas infantiles[1].
El Metabolismo como actividad fisiológica individual tiene dos bases muy importantes y que en etapas como la niñez y la ancianidad cobran mayor relevancia: el Anabolismo y el Catabolismo (en palabras más simples formación y destrucción de estructuras desde el nivel celular). Lo más relevante de estos procesos, es que marcan el ritmo y establecen el balance o equilibrio dentro de nuestro organismo.
Durante la infancia, podemos denominarla como la etapa Anabólica, se demanda mayor cantidad de ciertos nutrientes estructurales: aminoácidos, minerales y vitaminas. Justo en este período se crean y desarrollan tejidos, hormonas, neurotransmisores, concepciones sinápticas, se expande roles, se crece y desarrollan funciones nuevas. Otras ya existentes adquieren una mayor dimensión,cruzamos etapas y facetas (ejs. Inmunidad, sexualidad, identidad, desarrollo del pensamiento y sentimiento actuante, creativo y evolutivo).
Si tomamos como media estadística que las demandas de micronutrientes de un ser humano, rondan los 90 nutrientes, como es preciso puntualizar que en las etapas infantiles, son mayores esas exigencias.
Es preciso garantizar el procesamiento acelerado de la materia prima selectiva, en cantidad y calidad de los macronutrientes: proteínas, grasas y carbohidratos, siendo responsabilidad de los catalizadores biológicos (vitaminas, minerales, oligoelementos) esa importantísima función.
La variedad, naturalidad como fuente, bajo procesamiento simplifica la alimentación. Su combinación adecuada para no crear antagonismo en el ulterior procesamiento por el organismo (digestión y absorción), determina régimen de alimentación estrictamente balanceado, donde la mayor importancia se le otorgue no a los aspectos externos, como lo hacemos los adultos, sino a la continuidad efectiva y productiva de los procesos: digestión – absorción – asimilación – metabolismo – eliminación.
En esencia, debemos mantener y alimentar la naturaleza humana en todo su potencial. Quedan invitados a compartir opiniones y debatir sugerencias en nuestra página.
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