Sistema Hepato-Bilial y cuidado de la vesícula e hígado.
27 nov
El hígado (del latín iecur ficātum “alimentado con higos”) es la más voluminosa de todas las vísceras y una de las más importantes por su actividad metabólica. Además es reconocido en Neuropatía como el Gran Estómago, por su acción controladora sobre ese último órgano y su relación con las principales funciones que en el estómago se realizan. Es, esencialmente, un órgano glandular al que se adjudica funciones muy importantes, tales como la síntesis de proteínas plasmáticas, el almacenaje de vitaminas y glucógeno, además de secreción de bilis, entre otras. También es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias que puedan resultar nocivas, convirtiéndolas en inocuas; está presente en el ser humano y se le puede hallar en vertebrados y algunas otras especies inferiores.
Sus responsabilidades en la desintoxicación son máximas. Toda sustancia que es absorbida por el intestino pasa primero por el filtro del hígado para luego desembocar en la circulación sanguínea, para su ulterior metabolismo
También se centra en la síntesis de proteínas y el colesterol, en la regulación del metabolismo y en limpiar la sangre de sustancias tóxicas. Se le considera el portero de las grasas. Todas las funciones orgánicas dependen del sistema hepato-bilial
Si nuestro hígado no está funcionando correctamente, la salud general se verá perjudicada. Cuando se encuentra dañado, podremos sufrir desde mal aliento, dolores de cabeza, cansancio, malas digestiones y estados de ánimo cambiantes hasta estrés, sistema inmunológico debilitado y metabolismo lento. Su relación y estimulación de otros órganos dentro del cuerpo humano lo hace muy relevante. Casi a la altura del corazón, su resistencia, propicia que muchas veces sea altamente maltratado, descuidado y no limpiado, hasta que detona la enfermedad que puede llegar a ser mortal.
El hígado es uno de los órganos vitales y por ello debemos prestar atención a su cuidado. ¿Sabes cómo lograrlo?
Primeramente, consume varias porciones de frutas y verduras diariamente. Las manzanas, el kiwi, las uvas, cerezas, espinacas, alcachofas, espárragos y rábanos, así como las infusiones herbales (té verde, diente de león, cola de caballo, etc) pueden ayudar a su buen funcionamiento debido a que resultan muy buenos limpiadores del hígado. Evita los alimentos fritos y congelados. Reduce también grandes ingestas de proteínas y carbohidratos en exceso.
A la hora de la bebida, reemplaza las gaseosas por agua mineral, la gran purificadora del organismo. Las grandes ingestas de alcohol son posibles causantes de la cirrosis o cáncer de hígado, más cuando se combinan con el ataque de la cocina química y la ingesta de alimentación industrializada (altamente procesada, preservada y saboreada)
Un truco para reducir los daños del alcohol en el hígado es comer una ración de espinaca todos los días; esta verdura (preferida por el marino Popeye) aumenta la inmunidad de este órgano contra las bebidas alcohólicas. Excelente resultados alcanzamos con el consumo del ego fruta, fina mezcla de frutas silvestres (incluyo testimonio y verificación efectiva personal). Comer alimentos antioxidantes protege y mejora la salud del hígado. Entre ellos encontramos los arándanos, las moras, las manzanas, fresas, nueces, avellanas, alcachofas, los tomates y las habas.
La bilis es un líquido viscoso verde oscuro, fabricado por los hepatocitos que ayuda a digerir y emulsionar las grasas, para que sean fácilmente absorbidas a través de las paredes intestinal y transportada por el sistema linfático.
Un consumo de fibras solubles ayudan al hígado a descongestionarse y usar colesterol y sales minerales para la producción de bilis, que después es almacenada en un depósito que está debajo del hígado para usarla sólo cuando hace falta, o sea, cuando es necesaria.
En la vesícula biliar, se pueden formar piedras de pigmentos, calcio y uratos, que se depositan (de hecho son bastante comunes), aunque casi nunca causan problemas, pueden llegar a ser peligrosos para la vida en caso de obstruir los conductos, inflamar la vesícula, dando señales seria que invitar en ocasiones a las ciencias médicas a la extirpación, previendo males mayores, sin embargo un cuidado con la mezcla (fórmulas a bases de hierbas) como: ego frutas del bosque, aloe-beta y ego plant, se han reportados resultados maravillosos de limpieza, disolución y eliminación de cálculos biliares.
Por otro lado, la extracción de la vesícula es una de las operaciones más comunes.
La mayoría de las intervenciones se quitaron por laparoscopia; tras la operación un porcentaje muy elevado de los pacientes se sienten bien y no notan ningún cambio en su vida. Aunque deben cuidar su estilo de vida, pues son recurrentes los períodos de estreñimientos y evacuaciones semilíquidas provocados seguramente por la pérdida del control en la producción y suministro de la bilis, según sea la demanda real.
La salud del sistema hepato-bilial, como procesador, filtro, fabricante (colesterol, enzimas inmunológica, mensajeras, etc) e inmunológico, adquiere cada día mayor relevancia. Su actividad dirigente y participativa en el metabolismo así como en los procesos de nutrición – eliminación, que le son afines a la salud, colman todas la expectativas de algo que merece la pena cuidar y tomar en cuenta para la calidad de vida plena que todos merecemos y deseamos. Comparte tu opinión, experiencia y voluntad sobre este abanderado vanguardia de la salud.
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